Hoy estoy cansada. Y triste. Pero no una tristeza mala; lo que me llena por dentro es esa tristeza dulce de los días de lluvia, en los que no apetece hacer nada. Y eso es lo que me pasa.
Mi cabeza está en otra parte. Me he levantado ya envuelta en ese algodón rosa de feria, y de lo último que tengo ganas de estar en el despacho, estudiando Bioquímica en un día de lluvia, escuchando temas de Lifehouse o Goo goo dolls.
Y encima, Foide tiene prácticas.Me había aconsejado a mí misma no publicar cosas personales, pero ¿qué no lo es?
Las nubes llueven y el cielo se oscurece. Ya sé que la lluvia es buena para el campo y para todos, y que estamos en el semestre más seco desde hace no se cuantos años.
Pero por el bien de mis notas, que salga el sol. Y, puestos a pedir, que acaben los exámenes.
¡Viva el inventor de césped! ¡Y el que lo puso en frente del edificio de biolgía!