domingo, 20 de diciembre de 2009



Puedo volver ,
Puedo callar
Puedo forzar la realidad
Puedo doler
Puedo arrasar
Puedo sentir que no doy mas
Puedo escurrir
Puedo pasar
Puedo fingir que me da igual
Puedo incidir
Puedo escapar
Puedo partirme y negociar la otra mitad

Puedo romper
Puedo olvidar
Puede comerme la ansiedad
Puedo salir
Puedo girar
Puedo ser fácil de engañar
Puedo joder
Puedo encantar
Puedo llamarte sin hablar
Puedo vencer
Puedo palmar
Puedo saber que sin vosotros puede más

Puede ser que mañana esconda mi voz,
Por hacerlo a mi manera
Hay tanto idiota ahí fuera
Puede ser que haga de la rabia mi flor,
y con ella mi bandera
Sálvese quien pueda

Puedo torcer
Puedo lanzar
Puedo perderme en la obviedad
Puedo servir
Puedo cansar
Puedo saber que sin vosotros puede más

Puede ser que mañana esconda mi voz,
Por hacerlo a mi manera
Hay tanto idiota ahí fuera
Puede ser que haga de la rabia mi flor,
y con ella mi bandera
Sálvese quien pueda

Puedo, torcer, lanzar, perderme en la obviedad,
sentir, cansar, saber que sin vosotros puede más

Puede ser que mañana esconda mi voz,
Por hacerlo a mi manera
Hay tanto idiota ahí fuera
Puede ser que haga de la rabia mi flor,
y con ella mi bandera
Sálvese quien pueda

Curso de Buceo en Almuñecar - PRIMERA ESTRELLA

En Noviembre - ¡por fin!- me he sacado mi primera estrella. Soy PADI... qué fuerte!



El lunes y el martes estuvimos dando clases teóricas, y el finde ya estuvimos de prácticas. La mala suerte me acompañó, porque el jueves, día de San Alberto y fiesta Universitaria obligada, estuve en casita, con fiebre. Me había resfriado, y por poco no puedo hacer las prácticas.

El viernes me tuve que levantar a las 5 de la mañana, cuando aún no están puestas las calles, para poder coger el bus de las 7 a Almuñecar. A las 6:15 bajo a la calle para encontrarme con mis otros compañeros del curso, para coger entre los tres un taxi que nos llevara a la estación, ya que está en el quinto pino y tampoco están puestos los autobuses a esas horas. El viaje se me hizo bastante largo, con paradas cada dos por tres en todos los pueblecico, aunque me hizo ilusión cuando paró en Armilla. Ver otra vez la calle mayor después de tantísimo tiempo, casi como si no hubiera pasado tiempo desde que yo viví allí, me recordó que durante dos o tres años después de trasladarme a Badajoz solía soñar con que volvía y que había cambiado todo y no podía reconocerlo. Pero no. 

Alrededor de las 8 y media llegamos a la estación de Almuñecar. Mientras esperábamos en un bar, llegó Jorge, nuestro instructor y el dueño del club de buceo. Como cosa especial, nos prestaba él el equipo, ya que éramos tan pocos, en vez de tenérselo que alquilar nosotros al CUGAS y todo el rollo de llevar la bolsa en el autobús y esas cosas. 

Empezamos por aprender las partes del equipo, a montarlo y a hacer todas las comprobaciones necesarias. Al fin y al cabo, una tontería en este asunto puede significar que no puedas respirar, y eso puede costarte caro. 
 
Luego, al agua. La primera inmersión no es muy emocionante, pero es necesaria. Al principio puede parecer nuevo el respirar por el regulador, pero si estás acostumbrado a hacer apnea, no es muy diferente. Mis compañeros, Moncho y Javi, decían que les apetecía respirar por la nariz, y entonces se le pegaba la máscara a la cara. Lógico...

Después, cambiar la botella y al agua de nuevo. EL agua no estaba muy fría, alrededor de 17 grados, pero aun así pasé frío, porque el traje me estaba grande (a pesar de ser la talla más pequeña) y había corrientes de agua continuas por dentro del neopreno, y además, fueron ejercicios básicos, con lo cual, no nos movimos mucho. Al final de esta segunda inmersión dimos una vueltecita por la playa, a unos 6 o 7 metros, para practicar la flotabilidad y ver lo bueno de bucear. 



Esta soy yo, la de las gafas naranjas, 
que eran las de la hija del monitor, 
porque las demás me estaban grandes...


Mantener una buena flotabilidad neutra (es decir, estar aproximadamente ingrávido) es esencial, para no levantar fondo y revolverlo todo, y para poder moverte libremente entre los obstáculos sin lesionarte y sin estropear todo. Esto se consigue manejando las diferentes válvulas de escape de aire del chaleco, la tráquea (que sirve para llenarlo o vaciarlo rápidamente) las aletas y coordinando tu propia respiración con tus propios movimientos, ya que al inspirar, se te llenan los pulmones, y flotas más.

También aprendimos a compensar la presión en los oídos, lo cual a mí me costó bastante, no porque sea difícil, sino por la congestión de elefante que tenía. Cuando lo conseguí, empecé a disfrutar de verdad. Los cardúmenes de peces pasaban sobre nosotros, o a nuestro alrededor, soltando destellos plateados. Vi un montón de gobios de todos los tipos y colores, poliquetos, pólipos, y hasta un tunicado. Jorge nos llevó a ver también una anémona preciosa, pedunculada, de color blanco brillante, que crecía en el medio de una explanada de arena, al contrario que el resto de anémonas que habíamos visto hasta el momento, de color ocre con las puntas violetas que crecían entre las piedras.

En un momento determinado, cuando estaba luchando por ascender y no chocarme con una roca, me hundí demasiado. Como estábamos avanzando ayudados también de las manos sobre las piedras, mi reflejo fue ponerlas para no llegar hasta el fondo. Cuando sentí una consistencia gelatinosa la aparté rápidamente. No podía mirar hacia abajo, porque el traje y las gafas te limitan mucho el campo de visión, pero cuando alcé la mano vi que tenía tres o cuatro tentáculos pegados a ella, con las puntas moradas. Me dio lástima de la pobre anémona, pero al salir del agua aquello me enseño que los guantes no eran una parte prescindible del equipo. 

Cuando te pica una anémona o una medusa, no debes mojarte la picadura con agua dulce. Primero hay que aplicar una pomada de corticoides o que tenga vinagre, como Afterbite o similares, y esperar que se seque. 



Al día siguiente, salimos con el barco. Nos acompañaban Juandi y Pablete. Paramos en la calita de Marina del Este, desde donde pescaban varios pescadores desde lo alto de los acantilados. Bajo ellos, vi lo que parecían señuelos. 

-¡Un pingüino! -dijo Moncho.

Se trataba de una pareja de alcas comunes, que descansaban sobre la superficie del agua, sorprendentemente brillantes.

Yo dudaba que pudiera meterme en el agua, pues mi catarro había empeorado bastante, y sentía que mi cerebro estaba sumergido en una sopa de mocos. Al final bajé. Me coloqué bien el chaleco, inflado a tope, me puse la máscara y la sujeté junto al regulador en el momento en el que Juandi me subía los tobillos para tirarme al agua. Cerré los ojos y esperé unos interminables segundos a que todo dejara de dar vueltas y mi jacket me sacara a flote. Pero algo más se unió a la angustia de la entrada en el agua helada. ¡No podía respirar! Mi regulador apenas me proporcionaba aire...


Cuando saqué la cabeza levanté asustada los brazos y busqué el barco, que estaba a unos tres o cuatro metros, no más, donde Pablete y Juandi se afanaban en prepararse para tirarse ellos también. Resulta que yo había abierto la botella en el centro de buceo, al igual que en las otras inmersiones, para llevar los equipos a nado hasta el barco, y luego Pablete, al ver que estaba abierta, me la había cerrado en el barco. Yo, creyendo que ya estaba abierta, no volví a comprobarlo. 

Pero ya he aprendido que hay que comprobarlo todo antes  de la inmersión, y también justo antes de meterte en el agua. 

En esa inmersión, mi pareja fue Juandi, que cuidó de mí mientras  yo trataba de compensar inútilmente. En ese momento viví y comprendí los riesgos de meterse en el agua congestionada. A unos dos o tres metros de profundidad, tenía que intentar compensar cada menos de medio metro, calculado en el cabo del ancla, del que no me despegaba. En uno de los intentos, todo a mi alrededor empezó a darme vueltas. Se me habían compensado los tímpanos a velocidades distintas, y eso afectó a mi equilibrio. De repente me solté de la cuerda y sentí que caía al vacío, como una piedra. Me asusté, pero no era capaz de moverme, ni de agarrar el cabo. Estaba como borracha.

Todo se acabó cuando sentí que Juandi me cogía y me sacaba hacia arriba.


Pensé que en ese momento todo había acabado, que me mandaría al barco y me tocaría pasar la siguiente hora helada y mareada, mirando la inmensidad del mar. Pero Juandi se apiadó de mí y me hizo bajar más despacio, con tranquilidad, ya que la botella nos duraba más que a mis compañeros, a mí por ser mujer, y a él por ser un buzo experimentado.

Esta vez me costó mucho menos bajar. Cuando estábamos abajo, hizo una señal a los demás, que empezaron a bajar, y comenzamos el recorrido. Estábamos en Marina del Este, y la visibilidad era inigualable, a parte de que el mar estaba como un plato. Disfruté como una enana, viendo Astroides calycularis y Parazoanthus axinellae, además de bogas, castañuelas, fredis... Al final, Pablo me llamó y me enseñó una mota de colores fosforitos: era un nudibranquio, de unos dos milímetros. 



Aún no sé la especie, ya la pondré. Luego, subimos a unos 5 metros, agarrados al cabo del ancla, para hacer una parada de seguridad. Mientras estábamos allí, vi dos rastros blancos que nos rodeaban y desaparecían entre las rocas. ¡Se trataba de la pareja de alcas que habíamos visto al llegar, y estaban pescando!

Un buen final para una inmersión agitada, pero de la que he disfrutado al completo.




Al llegar al curso de buceo, la última clase teórica y el examen. Tras esto, Jorge nos rellenó nuestros certificados y nuestros LogBook (Diarios de Buceo) para certificar nuestras inmersiones, y ¡a disfrutar!


viernes, 4 de diciembre de 2009

PLANET 51 - LO MALO DEL CINE ESPAÑOL Y LO MALO DEL AMERICANO


Después de tres meses saturados por anuncios, cabeceras de programas y noticias ciertamente exageradas acerca de la calidad y el éxito que iba a tener, la semana pasada aterrizó en nuestros cines PLANET 51, una producción semi española con maneras americanas y aires de grandeza.

Pero la verdad es otra muy distinta. Casi me arrepiento de los 5 € que me gasté en el cine este miércoles(muchas tapas se pueden tomar por 5 leuros). Vale que es una película para niños. Vale. Vale que es una película para las vacaciones. Vale. Pero todo tiene un límite.

La historia (pésima, demasiado cuajada de típicos tópicos que no innovan y que ni siquiera están bien hilados) no tiene nada de fuerza por sí misma, por lo que me ha dado la "mera impresión" de que para que el ritmo no decaiga, la han fumigado con persecuciones, tiroteos y explosiones de manera casi aleatoria, dando lugar a secuencias asfixiantes y agotadoras, y a largos y aburridos impass que daban ganas de levantarse de la butaca para ir al servicio o a fumarse un pitillo. El guión, y el hilado de los diálogos... bueno, digamos que hay cosas mejores con las que limpiarse el culo. 
Las bromas y los guiños están metidos con calzador, apegotonados incluso, y por supuesto, no resultan lógicos ni naturales, perdiendo por completo la gracia que se supone que deberían tener. En la animación, por mucho que parezca, da la impresión de que también se han quedado cortos de presupuesto, porque evidentemente no les ha llegado para animar algunos de los fondos y entornos en los que desarrolla la acción. ¿Pensaban que los niños no se darían cuenta de que la mitad de los personajes de la plaza están plantados mientras el traveling sigue al alien-protagonista, o de que los padres aliens están completamente "estatuificados" mientras el niño-alien habla con el astronauta? Señores, que son niños, no estúpidos. Ni siquera es original que sean verdes y de piel lisa, con cuernitos. En mi opinión, una película debe innovar, aunque las ideas no sean nuevas (eso es lo de menos); como leí una vez, el éxito a veces reside en lo nuevo-viejo y en lo viejo-nuevo. Pero lo nuevo-nuevo es demasiado lejano, y lo viejo-viejo desmasiado visto.

Si querían hacer una película sobre igualdad entre "formas de vida", creo que al menos deberían haber incluído algunas diferencias entre ellos y nosotros, como costumbres, métodos... no basta con palomitas y magdalenas de colores flotantes, y creo que para tramsmitir ese valor no es necesario hacerlo de manera tan burda(es decir, haciendo calcos humanos de color verde). No hay que olvidar el importante papel que tienen las películas en la educación y la concienciación de la población. Cada detalle es vital.

Aunque intente transmitir valores de igualdad y respeto por el otro (casi únicamente en la moralina final) no lo consigue con las historia en general; debería formar una unidad, y cada detalle, de manera independiente, debería hacerlo con la misma fuerza, y no transmitirse suelta e independiente del resto, como ocurre aquí, pues parece más propaganda sensiblera que otra cosa.
Volviendo al asunto de los detalles, puedo poner el ejemplo la escena en la que el robot aplasta una lagartija y la mata explícitamente (pues no vuelve a salir, no se resuelve posteriormente) para quedarse con la roca en la que vive el animal. Pues bien, esto transmite a los niños que lo vean (y a los no tan niños)  que el respeto por la vida y por el otro (justo el valor que da la senasación que quere enseñar esta película) no es algo a tener en cuenta. Formalemnte, esto se podría haber solucionado con un pequeño cambio en el guión, por ejemplo resucitando a la lagartija o, si no queda más remedio, lanzarla lejos, estilo Warner-Bros. No creo que, en nigún caso, sea una buena idea espachurrarla con brutalidad y saña como realmente ocurre en la película, pues, a parte de todo lo dicho, también puede herir las sensibilidades de algunos niños.


Podéis llamarme exagerada si queréis, pero creo que se puede entrever un cierto aspecto machista (quizás inducido por el ambiente cincuentero de la película) al vestir a las chicas-alien con falda y, sin embargo, dejar a los chicos-alien llevar las piernas al aire. Además, el papel de la chica es demasiado light por decir algo, por mucho que sea un secundario y queiran dotarla del componente "chica luchadora" al incluirla en el grupo de los hippies-aliens; y el papel del astronauta, demasaido forzado, pero como en nigún momento se plantea que sea una actitud que no lleva a ninguna parte, tengo mis serias dudas de que la prepotencia que ostenta sea tan explícita para intentar ridiculizarla.

En definitiva, no vayan a verla. Hay mucho cine mejor, y las economías no están para despilfarrar en una hora y media de aburrimiento y mala educación.

CALIFICACIÓN: para ningún público.

lunes, 19 de octubre de 2009

Submarinismo en apnea - mis primeros pinitos en inmersión nocturna

La semana pasada fui a bucear con gente del CUGAS, el club de buceo de la universidad de Granada. Yo fui a hacer apnea, porque aún no tengo licencia para la botella (tengo unas ganas de sacármela...)

Pepe me recogió por la mañana y nos fuimos a comer a casa de Teo, para irnos después los tres a hacer apnea a una playa llamada Cantarriján.


Me lo pasé bien, estábamos todo el rato de colegueo, aunque me costó adaptarme a nadar con neopreno, que nunca lo había hecho; además, estos dos dieron por supuesto que me lo sabía poner y al final hice un poco el ridiculo porque me puse la parte de arriba al revés. Luego nos fuimos a otra playa, la Herradura, donde nos ibamos a juntar con Pablo y Maybe para hacer una inmersión nocturna.

Cuando se puso el sol, nos metimos en el agua. Yo también, con mi tubo y una linterna; ya que estaba allí, me iba a meter, si no, vaya aburrimiento; además, iba a quedar por miedosa. La verdad es que ésta la disfruté mucho más que la anterior, a pesar de que iba sola, pero bueno, antes de que empecéis a reñirme, no era tan peligroso, no me iba a alejar de la línea de costa y el mar estaba como un plato, así que allá fui. Prefiero arrepentirme de haber hecho cosas que de no haberme atrevido a hacerlas, porque de ésto último ya estoy algo cansada.

Cuando nos metimos en el agua,Pepe me llamó, me dijo q apagara la linterna y agitase las manos dentro del agua; me sorprendí al ver que miles de lucecitas microscópicas se iluminaban un segundo de color verde fosforito en el agua negra. Despecían luz como medida de defensa, creo, y con cada pequeña agitación, como las olas sobre las rocas, se iluminaban  como un cielo estrellado submarino.

Nos despedimos, encendi mi linterna y me alejé de  ellos con la intención de bordear las rocas y buscar bichos por allí. En cuanto vi que no tenía nada de frío, que las gafas me estaban bien y que el agua estaba bastante transparente, me relajé y empecé a disfrutar de verdad. Había olvidado lo agradable que podía ser bucear, aunque fuera sola y de noche. Lo bueno de ir sola es que vas a tu aire, y no tienes que ir atenta a los movimientos de los demás; lo malo es que sé que he visto un montón de bichos, pero no sé qué son. Los peces dormían al compás de las olas, suspendidos mágicamente sobre el fondo, mientras otros nadaban y se espantaban a mi paso. Había multitud de Astroides calicularis, unos cnidarios naranjas, típicos de estas costas, esponjas, pepinos de mar, anémonas... Intenté bajar un par de veces, pero como esta vez no llevaba plomos, me fue imposible, flotaba como un corcho.

A la hora, empece a notar que el agua estaba como más turbia, no se veía igual, y además la profundidad había crecido (esto no es un problema, con el neopreno se flota un montón, además no llevaba plomos de ningún tipo, así que era imposible hundirme). Me acerqué un poco más a la costa y mientras intentaba averiguar lo que ocurría, miré la luz de la linterna y vi que estaba marrón, a punto de apagarse....

En ese momento, ya a oscuras, saqué la cabeza por encima del agua, y vi que la playa estaba lejos, bueno, no supe calcular, pero me pareció lejísimos. Me puse a nadar rápidamente hacia las luces de la playa, consciente de que si me acercaba mucho a la costa de acantilados me podía romper una pierna con las rocas que emergían por allí, o clavarme los erizos... Me daba la sensación de que apenas avanzaba en el agua negra, de hecho, me parecía que la coriente me acercaba a las piedras. La única luz que tenía eran los pequeños dinoflagelados que chocaban con mis gafas y mis manos. Pasado el momento de pánico, me tranquilicé y me concentré en las posibilidades que tenía y en racionar mis fuerzas. Unos minutos después intenté volver a encender la linterna; se había recuperado un poco, así que me parecía que avanzaba más rápido, pero enseguida se volvía a apagar, así que decidí quedarme quieta, a oscuras, mientras se recuperaba,  y acercarme a los acantilados cuando la luz volvía a encenderse. Todo el rato estuve escuchando unos chicos que había en una de las playas del acantilado, de fiesta, y me fijé en que tenían una pequeña hoguera, así que avanzaba despacio hacia ella, con la intención de salir por allí, que estaba mucho más cerca que la playa por la que había entrado.



La linterna no aguantaba mucho más, pero vi que el fondo empeazaba a ascender y ya no había rocas en mi camino, así que ya a oscuras completamente, toqué tierra en la playa de los muchachos. Las olas me revolcaron mientras intentaba quitarme las aletas, y al mirar por encima de mi hombro, distinguí a los chicos muy cerca de mí, creo que me alumbraban con un movil y escuché que decían "Es una roca, es una roca" Pero no caí en la cuenta hasta que al levantarme y decirles "hola" salieron chillando y corriendo por la playa. De todas formas conseguí que un valiente me acompañara hasta la salida de la playa, que llevaba a la carretera. Y así volví, andando hasta la playa, un kilómetro más lejos, con las aletas bajo el brazo y más fastidio que miedo por haber tenido que interrumpir la inmersión.

La verdad, parece más de lo que realmente pasó. No creo que estuviera a oscuras más de un cuarto de hora, y la playa no es muy grande, como mucho nadé 500 m desde que se me apagó la linterna.

Pepe se llevó una bronca por mi parte por haberme dado una linterna con las pilas flojas...

domingo, 18 de octubre de 2009

Nueva decoración



Mi nuevo cuarto ya está decorado; quité las cortinas horribles y puse las que me mandó mi madre, con la sorpresa de que ¡oh! sólo venía una pata de cortina. 


A pesar de ser poco luminoso, viene bien, porque no da a la calle, que es la calle de los bares y de las obras del Metro, así que es bastante tranquilo, excepto cuando los del 6ºD hacen fiesta. Entonces no hay quien duerma. 


El otro día, al volver del submarinismo ya de madrugada, agotada, caí como un tronco. Pues así sería la fiesta que montaron a las 7 y media de la mañana de un domingo, que me despertaron y todo.

sábado, 17 de octubre de 2009

Prácticas de Bioquímica (FBA IV)

Esta semana he tenido mis primeras prácticas en Biología en Granada. Han estado chulas. Pero una una imagen dice más que mil palabras, y un video, ya ni te digo:



[mode:PatriciaConde]¡Un beso a todos, corazones!

¡Nos vemos en las próximas!

jueves, 8 de octubre de 2009

La enseñanza en España - retrato robot

Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda.Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros -aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros -el tuteo es deliberado- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.
Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia.
Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.
Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico».
O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.
Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos».
Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante.
Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet.
La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado.

Arturo Pérez-Reverte en el XL-Semanal

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Las frases de la semana.








Superhoja es multiorgásmica, a pesar de sus problemas de tiroides, sus alergias, sus asmas... Ella se conforma con poco.
...
Ese niño está bueno, está buenísimo, ese está crujiente.

Superhoja, mientras bebe un colacao con galletas,
en un acceso de euforia nocturna




Sh: Dí la verdad, novata, ese blog no lo escribes tú. Tienes un negro escondío...
Cota-K: Si yo tuviera un negro... no lo usaría para escribir.



Nueva vida en Granada

Bueno, ya he llegado a mi nuevo destino. Este año viviré en Granada, estudiando lo que más me gusta: ¡Bichos! Bichos por todas partes. Entomología, Zoogeografía, Conservación de Vertebrados, Zoología Marina...


Excepto la burocracia enorme y absurda que implica ser Séneca, lo demás genial. Las compis de piso fenomenales, Alicia Súperhoja, Sole Internetófila y Ana Campanilla; mi sobrenombre es la Novata, por supuesto. El pisito muy acogedor, se está bien, no hay miedo de poner un plato en la cocina y que se te quede pegado, o de encontrarte regalos desagradables bajo los cojines del salón. Ya he decorado mi cuarto, pero tengo que imprimir fotos de bichitos para ponerlas por las paredes. Está super chulo, aunque sea chiquitito.

 El lunes ya conocí a dos chicas séneca, de biología y de derecho, y quedamos para salir de tapas por la noche con otros cuantos más.  Las tapas más grandes que he visto en mi vida, y habiéndome criado aquí he visto muchas, no creáis. Es interesante, eso de quedar y no saber con quién te vas a encontrar. Ayer también salí, con Clara, la de biología, en plan turista. Nos perdimos un poco y cuando nos dimos cuenta estábamos en la Alhambra...


La facultad está a 5 minutos escasos de mi casa, que está en pleno centro de Granada, cerca de todo. Es enorme, es como un pulpo en el que los brazos serían los edificios conectados unos con otros a través del hall, que tiene el tamaño de una cancha de baloncesto, o más...La verdad es que es un laberinto, porque no todas las clases las tengo en Biología. Zoogeografía, con el profesor Alberto Tinaut, la tengo en Física, y algunas otras en el aulario, que es un edificio que conecta Matemáticas con Biología. Hay millones de escaleras, puertas y pasillos lúgubres que dan ganas de dar media vuelta y salir corriendo. Zoología es un lugar muy oscuro, repleto de vitrinas desde la que te miran millones de ojos de cristal en mitad de las sombras.

El internet, de momento lo robamos a los vecinos, que tienen la red abierta. ahora mismo estamos Sole y yo en el salón con los prtátiles, mientras Superhoja corre por la casa con un pasamontañas, una capa de flores y una hoja en la cabeza para llamar nuestra atención. Fuera llueve a cántaros y sólo apetece estar en casita, calentitos.

Parece que augura un buen comienzo de curso.



lunes, 3 de agosto de 2009

De mudanza - de camino a la playa

Al fin. Tras arduas jornadas de trabajo estresante, puede decirse que la mudanza de Mugen ha terminado. Al menos, todos los objetos que ahora son de su propiedad están en el nuevo piso, los suyos, los heredados de sus antiguos compañeros de piso, y los que ha heredado de mi abuelo, que murió hace tres semanas. 

  En contra de todo pronóstico, hemos conseguido encajar las dos mesas, las estanterias y el piano en el pqueño piso de soltero independiente. El pisito es acogedor, aunque los muebles del Ikea que han puesto los dueños, a pesar del renombre, son más malos que encargados hacer. El mismo día que acabamos la mudanza, quedamos con Elefanta y su novio para hacer la compra, ya que menos de doce horas después marcharíamos los cuatro hacia Estepona, para disfrutar de unas merecidas vacaciones, pagadas con el dinero de nuestra prostitución musical. El cansancio se me acumula mientras bato el huevo para empanar pollo que llevarnos a la playa; he mandado a Mugen a la cama, dentro de unas horas habrá que levantarse y él va a conducir.

Tras dos horas de sueño, me despierto de golpe. Son las 5 y media de la madrugada; Mugen me recuerda que Elefanta y su novio deben de estar a punto de llegar. Mientras repaso mentalmente si todo está preparado, intento desayunar, pero no me entra nada.

Tras perderse un poco, Elefanta consigue llegar. Ya clarea cuando terminamos el tetris de meter el segundo tiempo de equipaje, y el sol nos deslumbra cuando paramos en la Albuera para repostar.

Atravesar Sevilla es complicado, pero menos de lo que todos nos temíamos. Pasado Dos Hermanas (Cuatro Tetas), entramos en un bar a desayunar; deben de ser las 9 y las enormes tostadas de pan de pueblo que nos sirven entran de maravilla. Seguimos el camino por la autopista de peaje AP-7 para evitar un rodeo que nos pareció innecesario y finalmente entramos en la provincia de Málaga. 

 Pero hasta un par de horas después que se nos hicieron eternas y millones de molinos eólicos, no veríamos las puertas del camping "Parque Tropical"

Tu bi continui...

sábado, 20 de junio de 2009

Diarios de Viaje: Sierra de Gata III

3/5/09
Nos levantamos tempranito (y cuando digo tempranito, es muuuuy tempranito) y sentimos el frío de la mañana montañesa. El pueblo aún dormido nos deja pasar en su silencio matutino por las calles todavía desiertas, en las que sin embargo ya despiertan las golondrinas (Hirundo rustica). Con los ojos pegados nos dirigimos a la calzada romana.

Amanece sobre Gata

Hay muchos, muchos rabilargos (Cyanopica cyanus) (mi libreta echaba humo, recogiendo todos los datos que podía) y te
rminamos viendo algunas de las oropéndolas (Oriolus oriolus) que nos rodeaban;

Intento de foto de oropéndola: la falta de luz fue fatal

Vimos un cuco volando (Cuculus canorus), y nos acompañó con su canto repetitivo toda la mañana.

A mitad de la subida, escuchamos un ruido nuevo: lo reconocí enseguida, era un picapinos (
Dendrocopos major, creo). Recordando un reportaje de David Attenborough, cogí dos piedras bajo la mirada incrédula de Mugen y golpeé el árbol. Poco después él también lo hacía, y tuvimos al picapinos a tres o cuatro metros de nosotros, curioseando a ver quiénes éramos nosotros y qué hacíamos allí. ¡De verdad que funciona!


Muchas tarabillas (Torquata saxícola), herrerillos (Parus caeruleus) y carboneros, (Parus major), mosquiteros (Philloscopus collibita), una alondra (Alauda arvensis) y algunos más cantaban entre el verde follaje de robles y castaños, acompañados por el ruido de los canales de agua que corren todo el año junto a la calzada.


Cantos de oropéndolas


Mosquitero

Descubrimos rastros de zorros y un nido de herrerillos en un árbol, lleno de pollitos hambrientos. Un paraje realmente precioso, muy bueno para desconectar y pasarlo bien en el campo.


Al volver de la marcha, desayuno con las famosas mermeladas del hotel, fresa, higo, kiwi, mora y tomate en tostadas crujientes y calentitas, acompañadas de zumo de naranja y café.


Tras recoger la habitación, bajamos a aprovechar el último ratito de jacuzzi. Un invento realmente valioso, y útil después de una intensa caminata.

Salimos camino de Eljas, al cual bautizamos como "el pueblo vertical". No es tan bonito como San Martín, pero la gente es cálida, sobre todo cuando al su
bir por las estrechas y enrevesadas callejuelas empinadas descubrimos que había un punto en el que ya no se podía subir más ni dar la vuelta si no querías encajarte entre los muros encalados, sólo podías bajar marcha atrás. Arriba disfrutamos de unas vistas impresionantes.

Luego seguimos bajando hasta Valverde, donde comimos; no me gustó tanto como San Martín, que desde luego, se lleva el premio gordo. De hecho, a ninguno de los dos nos importaría irnos a vivir allí en algún momento de nuestra vida.

Habíamos dejado los caminos y carreteras rurales, así que no nos podíamos parar cada vez que veíamos un pájaro o un rastro de algo.
Ya cogimos el caminito y nos vinimos para casa, después de un fin de semana inolvidable. Y como siempre, dejamos muuuchas cosas por hacer, así que habrá que volver.

Diarios de Viaje: Sierra de Gata II

2/5/09
Nos zampamos un desayuno continental en el hotel.


Migas con huevo frito y panceta, zumo de naranja, colacao o café y tostadas con paté ibérico, muy sabroso. Me gustaría tener tres estómagos más para poder comer más.


Decidimos dar un paseo por el pueblo y hacer la visita obligada a la Oficina de Turismo, donde nos informan a velocidad supersónica de los lugares que no deberíamos perdernos.

La chica hablaba tan rápido que cuando terminó de mover la boca, aún pudimos escuchar dos o tres frases más, que se habían quedado atrás por el desfase.


Poco después, una ancianita que barría la calle nos dijo que si mirábamos bien, podíamos ver unas caras que la gente tallaba en las vigas de los voladizos, que según la de la Oficina de Turismo, eran de origen celta. El pueblo estaba lleno de esas caras, unas mejor conservadas, otras menos, pero todas eran para espantar a los malos espíritus o algo así. Exploramos algunos rincones de verdadero ensueño. Es increíble cómo se funden la naturaleza con las construcciones del hombre en este lugar.
Indiana Moy

Por todas partes se olía esa autenticidad que nos ha enamorado del lugar.


A las 12 empezamos el camino hacia el picadero. Vimos un montón de rabúos, tarabillas, oropéndolas y hasta algunos cucos, que dicen que son difíciles de ver.

A las 12:30 llegamos al picadero San Miguel, que está en dirección a Eljas, donde nos encontramos con el dueño del hotel y a su hermano esperándonos.


Nos recibieron con un trato muy cercano, y la hora (larga) de paseo a caballo por las hermosas faldas de Gata sólo nos costó 12 euros.
De vuelta a las dos del mediodía, nos enseñaron los caballos en los establos,
(algunas rarezas como un caballo albino y un potrillo de mostrenco español)


Un caballo albino


y nos invitan a una tapa mientras charlamos con ellos. Nos recomiendan la ruta de la calzada romana que sale de San Martín.


De vuelta, nos paramos a observar un milano real (Milvus milvus) que estaba siendo atacado primero por un jilguero (Carduelis carduelis) y luego también por un rabilargo (Cyanopica cyanus)

Mientras les afotábamos como locos, un coche se detiene a nuestro lado. Un lugareño nos pregunta a qué le estábamos echando fotos y nos recomienda pasear por las servidumbres de paso de la zona para ver más milanos.En nuestro camino de vuelta nos acompañan abejarucos descarados (Merops apiaster),


una pareja de alcaudones comunes (Lanius senator)


y montones de tarabillas (Saxicola torquata)


Al llegar a San Martín, entramos en "Os Arcus", en la plaza del pueblo, porque en "El Boiga" (que tiene muy buena pinta y nos había guiado una lavandera calle abajo) hay que reservar.


Para la próxima. En "Os Arcus" nos sirven en el patio de atrás, a la sombra de una parra. Ensaladilla rusa, pastel de carne, solomillo de cerdo y ternera, asados a la leña.

El vino servido en jarra, del propio pueblo, nos achispó la comida y nos ayudó a dormir en la siesta.
De postre, paseteles caseros.


Frase memorable de la camarera: "Hoy en día, se habla mucho mejor en mi pueblo que en Valladolid"

Muestra de a fala:
el cartel de emergencia del hotel

San Martín de Trevejo, al igual que Eljas y Valverde, es conocido por ser uno de "Os tres lugaris", donde se habla una de "as falas", un dialecto propio, diferente en cada uno de los tres pueblos, que a veces es bastante difícil de desentrañar y que viene de los antiguos repobladores del lugar en tiempos de la reconquista. De ahí, la frase memorable. Yo sólo la dejo caer...


Por la tarde, otro paseo por el pueblo, del que no nos cansamos de descubrir nuevos rincones con encanto, persiguiendo golondrinas, (Hirundo rustica) jilgueros, colirrojos tizones (
Phoenicurus ochruros)y muchos más pájaros. No cenamos, con la comida hubo más que suficiente.
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