viernes, 19 de octubre de 2012

Recetas obligadas por las circunstancias: croquetas de espinacas y gambas



Bueno, ya estamos aquí de nuevo, en mi casita de Salamanca. El viaje en primera clase ha sido bastante cómodo (¡había enchufes para el portátil o el cargador del móvil!) aunque fastidiaba que la wifi del bus fuera muy intermitente.

Después de encontrarme con la desagradable sorpresa de que el diferencial había saltado y el congelador se había convertido en una sopa... me he pasado un par de horas cocinando lo que no se había estropeado.

Así que tengo sobre la mesa unos nuggets fritos, un revuelto de setas, puerro y pollo, y cantidad suficiente de espinacas y gambas como para comer tres días.

Las espinacas y las gambas me estaban pidiendo a gritos que las combinara, así que me puse a hacer unas croquetas de espinacas. Hacía siglos que no las comía, de pequeña mi madre las hacía para que comiéramos verdura. También se pueden hacer con col.

Ingredientes:

  • Un cubo de espinacas (cubo cúbico, se entiende)
  • Un tercio de paquete de gambas pequeñas
  • Un diente de ajo y un trozo de cebolla al gusto
  • Un trozo de puerro (opcional)
  • Caldo de verduras o de pollo (o leche vegetal en su defecto)
  • Harina de arroz
  • Rebozador (pan rallado, o arroz rallado Orgran, o harina de farofa)
  • Perejil
  • Nuez moscada (obligatoria, es lo que da "sabor a croqueta")
  • Sal
Elaboración:

  1. Hacer un sofrito de cebolla, puerro y ajo muy picaditos. Cuando esté rendido, añadir el perejil para que no se tueste mucho y pasar por la batidora si os parece que los trozos aun son grandes.
  2.  Añadir las gambas cocidas, que cojan un poco de sustancia, y la verdura también cocida, espinacas en mi caso. Revolver un poco y añadir el caldo o la leche. 
  3. En este punto, echar la sal y la nuez moscada, probar y rectificar si es necesario. 
  4. Ir añadiendo puñados de harina y leche o caldo, hasta que se forme la bechamel en el punto que os guste. Cuando la masa se despegue de la sartén y forme una bola, está lista.
  5. Dejar enfriar. Con una cuchara separar trozos de masa del tamaño de una croqueta, pasar por el rebozador. En este punto, se pueden poner sobre una bandeja y meter en el congelador, para luego meterlas en una bolsa cuando estén congeladas.
  6. Freír en abundante aceite caliente hasta que se doren. Como son oscuras, tener cuidado porque el punto de dorado no se ve bien. 
  7. Dejar reposar unos minutos en papel de cocina para que se retire el exceso de aceite.
  8. ¡A comer!
Espero que os gusten.

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