jueves, 30 de diciembre de 2010

Bizcocho de chocolate con Fécula de Patata. Recetas sin harina, sin gluten y sin leche I

Otra de bizcochos. Será que ahora en Navidad hay más tiempo, o que estoy más experimentadora. Por fin encontré fécula de patata en un herbolario (marca Santiveri) y harina de soja. Empecé con los experimentos por la primera; cuando haga algo con la de soja os lo contaré.

Este está bastante más bueno que el anterior. Hay tres variantes, de naranja, de chocolate, o de chocolate y naranja (personalmente me gusta mucho más este último)

Ingredientes:

-2 ó 3 huevos (depende del tamaño)

-100 g de azúcar

-75 g de almendra rallada

-75 g de coco rallado

-50 g de fécula de patata (yo la compré en el herbolario, y es de marca Santiveri)

-Cacao en polvo (en su caso)

-50 ml de leche de almendras

-1 mandarina confitada o media naranja confitada, en pedacitos.

-2 sobres de gasificante (yo usé Mercadona, que trae de acidulante también)

Si quieres un bizcocho más grande, puedes aumentar todas las cantidades al doble, pero usando hasta 5 huevos.

1. Separar las claras y las yemas. Batir las yemas con el azúcar hasta que quede esponjoso.

2. Añadir:

-la leche de almendras

-la almendra rallada

-el coco rallado

-el cacao (en su caso)

-los trocitos de naranja confitada

3. Mezclar el gasificante con la fécula a parte y luego añadir a la masa.

4. Montar la claras a punto de nieve y mezclarla con la masa con movimientos envolventes, para que no se bajen.

5. Verter sobre el molde previamente engrasado y meter en el horno a 180ºC 30 min.

6. Pinchar con un cuchillo. Si sale limpio, apagar en horno aunque no haya llegado a los 30 min y dejar que se termine de hacer con el calor residual.

7. Desmoldar y adornar con azúcar glas.

8. ¡Disfrutad con el peaso de bizcocho que habéis hecho!

Sinceramente, me gusta mucho más lo esponjoso que queda este bizcocho. El de harina de arroz parece más un cake, un poco más tieso.

Consejos de conservación: Tras un día al aire (cubierto con un trapo por ejemplo para que suelte algo de humedad y no se enmohezca) se puede conservar en un taper a temperatura ambiente, llegando a durar una semana o más... si no os lo coméis antes!

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Sustitutos del Colacao

Todos los que me rodeaban me decían que el cacao en polvo no era lo mismo que el colacao, que eso no iba a quedar bien, etc... pero el que inventa experimenta. Compré cacao en polvo puro de marca Carrefour, bastante bien de precio, y sin nada mas que cacao en sus ingredientes, lo mezclé con la leche de almendras y un par de cucharadas de azúcar y ¡Conseguido! Puedo desayunar caliente todos los días algo dulcecito (ya que no me gusta el té, ni soporto el Nesquik)

Otros cacaos que podemos usar, sin harinas ni almidones, son el de Intermón Oxfam (también en Carrefour) y alguno de Valor (pero mirad bien la etiqueta de este último, porque hay varios, y solo uno que podamos tomar)

Y por supuesto, cualquiera de estos cacaos los podemos usar para repostería, tartas, magdalenas, bizcochos...

ACTUALIZACIÓN:
Llevo ya casi un año usando un sustituto mejor del colacao: el chocolate a la taza Nestlé Gold, que ya lleva azúcar en su punto. Con leche de arroz queda estupendo, y el sabor a chocolate es mucho más suave.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Bizcocho de chocolate con Harina de Arroz - Recetas sin maiz, sin gluten y sin leche



Ingrdientes:

-125 g DE ALMENDRA RALLADA
-125-150 g DE AZÚCAR
-60 g DE HARINA DE ARROZ
-2 HUEVOS GRANDES
-Un poco de LECHE (de almendras, de avellanas, de arroz o de soja, la que queramos o podamos tomar)
-CACAO EN POLVO (AL GUSTO, HASTA QUE TENGA COLOR CHOCOLATE) yo he usado Cacao en Polvo Carrefour selection, pero vale cualquiera que podamos tomar, como Valor o Intermón.
-2 SOBRES DE GASIFICANTE Mercadona (para que quede más esponjoso, ya que la harina de arroz tiende a apelmazarse)
-ACEITE PARA ENGRASAR EL MOLDE (particularmente soy partidaria de sustituir la margarina por el aceite siempre que se pueda)

Preparación:

1. Batir las yemas con el azúcar hasta que quede esponjoso.
2. Añadir la mitad de la harina mezclada con el gasificante, un poco de leche hasta que acepte el resto y las almendras. Mezclar hasta conseguir una masa homogénea.
4. Batir las claras a punto de nieve e incorporar rápidamente para que no se baje.
5. Agregar el cacao con movimientos suaves para que no se baje, hasta que tenga un color chocolate intenso.
6. Verter sobre el molde previamente engrasado y meter en el horno a 180ºC 30 min.
7. Pinchar con un cuchillo. si sale limpio, apagar en horno aunque no haya llegado a los 30 min y dejar que se termine de hacer con el calor residual.
8. Desmoldar y adornar con azúcar glas.
9. ¡Disfrutad con el dulce!


Actualización: Si se añaden 20g de almidón dulce de mandioca y un poco más de líquido se consigue que no se desmigue tanto

miércoles, 22 de diciembre de 2010

HANA. Diario de una Histaminósica perdía. Restaurantes.



Al fin un atisbo de luz.

Desde que soy consciente de que tengo un problema con la comida, una de las cosas que más pánico me daba era salir a comer con los amigos, con mi familia, incluso con Mugen. No quería comer fuera de casa. Me ponía nerviosa incluso. Cuando no ha quedado más remedio, por ejemplo por temas de trabajo, (en la mini-gira de hace tres semanas, cuando estuvimos actuando por los pueblos con el COEX, que nos daban de comer en un restaurante) terminaba deprimida. En Zafra tuve que pedir tres veces la ensalada, las dos primeras llevaba trocitos diminutos de atún, como si se lo hubieran espulgado, y se negaron a reconocer que iba mezclado con la zanahoria y que se lo habían quitado a mano. Incluso, una camarera sabihonda me dijo que ella sabía mucho de eso, que su hijo también tenía alergias alimentarias:

-¿Pero es que no llevas el Polaramine encima?

Ha sido una de las reacciones que peor me han hecho sentir. ¿Por qué no te tiras de una ventana? Si las piernas rotas luego se curan... Dos meses de escayola y listo... ¡No te jode!

¿No es mejor evitar tener una crisis que tratarla, y ni si quiera se sabe si con éxito?

Entonces decidí echarme a la poca vergüenza y empecé a llevarme tapers con mi comida a estos sitios, o para comer en la Universidad. Pero es mucho trabajo, y a veces te miran mal en los bares... Por no hablar de los días que llegas casi a media noche, y tienes que prepararte algo para el día siguiente... Es un rollo, y no siempre te puedes llevar fuera lo que te toca en el menú, sobre todo si son platos calientes y no tienes a mano un micro.

Por todo esto, me había hecho a la idea de que se habían acabado las cenas sociales para mí. No volvería a comer fuera de casa con mis compis de departamento, o con la gente del coro, a salir de tapas, o a ir a comer con mi familia (con lo que nos gustaba salir a comer a Portugal... era casi una tradición). Porque comer arroz blanco con pollo (por muy rico que esté) no es lo mismo cuando todos comen lo mismo que cuando los demás se están zampando un plato de bacalao dorao o de espaguetis a la carbonara.

Cuando María, la chica que estaba organizando la cena de este año del COEX, me preguntó si iba, levanté la mano sin pensar. Hacía tiempo que no veía a mis compañeros y me apetecía ir, siempre nos lo pasamos genial. Luego, cuando me di cuenta de mi error, fui a hablar con María. Tras intercambiar emailes con la información reglamentaria de mi alergia y el menú que nos iban a preparar, para ver qué se podía hacer, decidimos que yo hablara personalmente con el cocinero por teléfono.

-Cocinero: ¿Y no puedes tomar entonces nada de eso? ¡Cuántas cosas! -reacción esperada-. ¡No puedes comer casi ná!
-Cota-k: No, nada de eso puede estar en mi menú. Si creee que es demasaido difícil, lo comprenderé, no se preocupe -yo ya tiraba por lo negativo-.
-Cocinero: ¿Entonces si te pongo un poco de lomo y de ibéricos?
-Cota-k:
No, lo siento, eso suele llevar lactosa.
-Cocinero: Bueno, pues ayúdame un poco... ¿De entrantes qué sueles tomar?
-Cota-k:
No suelo tomar nada... ¡ya no voy de tapas!
-Cocinero:
Bueno, tranquila. Ya encotnraremos algo.


Tras quince minutos de propuestas fallidas, conseguimos acordar un menú aceptable, especial y que valiese los 25 euros que me iba a cobrar:

-De entrantes, jamón ibérico, gambas y langostinos cocidos.
-De primero, un plato de boletus a la plancha con jamón ibérico.
-De segundo, secreto ibérico a la parrilla con acompañamiento de parrillada de verduras y setas.

Cocinero: Madre mía, qué cantidad de cosas no puedes tomar. ¡Ya tengo ganas de conocerte!
Cota-k: Ya, bueno, a mucha gente le sorprende, pero claro...
Cocinero: Bueno, no sólo por eso; también tienes una voz muy bonita...! (O_0)

Aun así, no iba muy convencida del resultado final... no es por nada, pero hasta ahora, nunca me han hecho caso a la hora de pedir la comida en un restaurante. Y no es muy difícil: si no puedo tomar ensalada con tomate, ¡tampoco lo puedo tomar en la parrillada!

En Egipto, hace un mes, tuve una discusión increíble con el encargado del Hotel Luna Sharm, en Sharm el Sheikh, porque cuando le dije que no iba a comer, me preguntó que por qué, y me aseguró que me traerían lo que yo pidiera. Le di una lista con los alimentos en inglés, y le dije lo más importante también de palabra. Puede ser que insistiera mucho en que no hubiera tomate, ni harina, ni queso en mi comida (el hombre se fue cuando le empecé a repetir lo que no podía comer, diciendo "yes, yes, ok, I know..." con cara de que estaba siendo demasiado pesada, e incluso mis amigos me dieron que podía ser que se hubiera molestado) pero el resultado final me dio la razón.

Me había quedado corta con las advertencias (y eso que muchas veces exagero un poco para que tengan en cuenta mis indicaciones, diciendo que si no me hacen caso, y como lo que no debo, puedo terminar en el hospital; en el Cairo tuve que hacer eso siempre, y creo que es una buena recomendación, incluso sin salir de España): Me trajeron un filete de pollo a la parrilla, con acompañamiento de verduras a la parrilla también. En principio, me fié y como no vi nada sospechoso, empecé a comer. Estaba delicioso. Pero cuando llevaba la mitad, descubrí un trocito rojo en mi filete. Pregunté al camarero al descubrir que había trocitos infinitesimales de tomate asado en mi comida (en la parrillada había más, es como si hubieran quitado el tomate después de que lo hubieran hecho) y me confirmó que, efectivamente, era tomate.

No sé lo que me entró cuando me lo dijo. Pero lo cierto es que fui capaz de echarle una bronca de muy señor mío con un cabreo que hasta mis amigos se asustaron. Y no sé cómo fui capaz de hacerlo todo en inglés, que es lo que más me sorprende, porque no controlo tanto. Pero en ese momento me di cuenta de que no me puedo fiar nada más de lo que yo compre y prepare.

Y a pesar de todo, el hombre me cobró el filete. >`_´< style="text-align: justify;">Pero volvamos a la cena del COEX. Al llegar al restaurante, el cocinero vino a buscarme, no tuve que ir a recordarle que había alguien con menú especial. Y ese fue el primer detalle que me gustó. Me consideró alguien a tener en cuenta, y no una estorbo que no hacía más que dar la vara (que era como me sentía cada vez que intentaba comer en algún sitio fuera de mi casa...). Vino a confirmar mi menú y los ingredientes que lo componían para ver si todo estaba en orden, y todos los camareros de la sala estaban informados. Además, cuando le pedí si me podía pasar un poco más el secreto, me trajeron una piedra volcánica caliente, para que me la hiciera a mi gusto (y de paso me asegurara de que estaba limpia y no había restos de otras cosas... como sí que podría haber en la plancha) Era la primera vez que me sentía bien tratada por tener mi alergia, y no un despojo, un incordio que no hacía más que protestar...



Para información de todos, este restaurante es Doña Purita, en el Hotel San Marcos, en Badajoz. No suelo hacer publicidad, pero me siento agradecida...! ¡Gracias!

Quizás no todos los cocineros estén en el mismo saco. Quizás todos los restaurantes tampoco. Pero lo que está claro es que las alergias y las intolerancias aún no son lo suficientemente conocidas por la gente, y en especial los que se dedican a este sector deberían estar mejor informados, o al menos, sensibilizados con estos trastornos, que convierten algo tan necesario y con lo que se disfruta tanto, como es la comida, en un auténtico veneno.


PD: La foto del secreto es de Javier Serrano, artista de fotos de comida del COEX.

martes, 21 de diciembre de 2010

Tomates


Mugen: El tomate, cuando pasa del plato al pan, cambia de dimensión.

(Primavera 2009, San Martín de Trevejo)

domingo, 12 de diciembre de 2010

HANA. Diario de una Histaminósica perdía.

La Histaminosis Alimentaria No Alérgica (HANA) es un síndrome infradiagnosticado de reciente descubrimiento y que sufren muchas más personas de lo que pensamos. Sus síntomas, por separado, no alertan a nadie, ya que se trata de "molestias" que todos pensamos que hay que sufrirlas y punto. Pero cuando empiezan a exagerarse, es cuando nos damos cuenta de que algo nos pasa.

Sin embargo, cuando vamos al médico, éste nos enseña los resultados negativos de todos los análisis y nos manda a nuestra casa a que nuestra madre nos vele las migrañas o nos haga sopitas de arroz para las diarreas. Y nos aguantemos. AJO Y AGUA, que diría mi abuela. Esto ocurre en la mayoría de los casos, ya que los médicos aún no han oido hablar de este síndrome.

Algunos de los síntomas que te pueden hacer sospechar de que sufres de histaminosis (que no es más que una intolerancia a la histamina, una molécula que se encuentra en mayor o menor abundancia en todos los alimentos) son estos:

-Dolores de cabeza (jaquecas, cefaleas, migrañas) (sobre todo si son periódicas)

-Diarrea o estreñimiento crónico.

-Piel seca o atópica.

-Dolores musculares o articulares, contracturas sin razón de ser.

-Fatiga sin causa.

-Calambres musculares, calambres abdominales.

-Muchos casos diagnosticados como Fibromialgia.

-Pesadez o meteorismo tras las comidas.


Yo los reunía casi todos, y por eso me daba la sensación de que tenía treinta años más. Hace un mes me han diagnosticado de histaminósica, así que ya os iré contando cosas de mi nueva aventura.

Porque no me queda duda de que esto será una aventura...

viernes, 10 de diciembre de 2010

Viaje al Mar Rojo I



Bueno, he vuelto viva del viaje de fin de carrera. He estado una semana en el Mar Rojo, viviendo en un yate con mis amigos y buceando en aquellas cristalinas y cálidas aguas cuatro veces al día.

¡Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida! Aún no me lo creo.

Estuvimos en el parque nacional Ras Mohamed, en el S. S. Thisthelghorm (Trigretón para los españoles...) y en millones de arrecifes de coral. Vimos nemos (peces payaso) de dos especies diferentes, rayas de puntos azules, una manta-raya, y al menos 6 o 7 tortugas. Buceamos con corrientes y nos lo pasamos genial! Es igual, igual que en la peli de Nemo.


Bucear en los arrecifes de coral a veces es como pasear por una colina, solo que los arbustos son gorgonias y corales arborescentes, negros sobre todo, o corales mesa, y en vez de andar lo que haces es sobrevolarla, y si vas en una corriente ni siquiera tienes que aletear.

Ahora, que con la noticia de la alemana muerta por un tiburón en las costas de Sharm el Sheikh, el mismo pueblo en el que hemos estado buceando nosotros, me lo pensaré dos veces para la próxima vez. Según información de primera mano, de uno de mis amigos egipcios (guía buceador de Sharm) el otro día por el "caralibro" me contó que la culpa fue de un barco de buceo que echó al mar un montón de corderos, no sé si con la intención de atraer tiburones...

Al que asó la manteca, sí señor.


Os dejo con algunas de las fotos del viaje. Ya pondré más, no sus preocupeis, que mi ordenata está en coma y sólo tengo estas...


Behind the koral!

Junto al pez cabrón, digo, león.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Los pelos como escarpias. Me da igual que sea un anuncio. Ni siquiera sé lo que anuncia. Si fuera sólo la historia...

Esto es algo que sí deberíamos ver varias veces al día, y no esas mamarracheces de la superfregona o el pajilleitor plus ese.

¡Adelanteeeeee!

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