jueves, 11 de abril de 2013

Excursión a la Reserva Biológica "Campanarios de Azaba"

Justo a la vuelta de vacaciones de Semana Santa, que en Salamanca están desplazadas una semana hacia adelante en el tiempo, comenzamos con una salida al campo del máster. Era una de las excursiones con la asignatura de Bancos de Germoplasma, que consistía en la visita a una finca de la Red Natura 2000 donde el CIALE (el Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias de la Universidad de Salamanca) lleva a abo algunas actuaciones de banco de semillas y refuerzo de poblaciones, así como el seguimiento del estado de los robles y quercíneas de la finca. 

Así que, con los ojos pegados, y junto con los alumnos del Máster de Agrobiotecnología, nos subimos a las furgonetas de la Universidad y nos encaminamos hacia la frontera con Portugal, bajo un cielo gris que no auguraba nada bueno.


Llegamos al centro de recepción de visitantes, donde el guarda nos explicó la historia de la finca, que se había comprado con fondos europeos para un proyecto LIFE hace tres años y que estaban esperando a ver si el proyecto se renovaba para este. Tienen un muladar para dar de comer a aves carroñeras, sobre todo para reforzar la alimentación de buitres negros de la zona, aunque también aparecen alimoches y águilas reales, y una casa rural de lujo, con la que se supone que se mantendría el parque. Hay también algunos observatorios de aves y de mamíferos, y se han realizado resiembras y plantaciones de árboles y arbustos (que es donde ha intervenido el CIALE).

Las encinas de la reserva están bien cuidadas en general, pero los pocos robles que hay están en bastante mal estado. En principio, la proliferación de líquenes sobre sus ramas no debería ser maligna, pero se está viendo que si hay demasiados impiden que la luz llegue a las yemas  y estas puedan crecer, por lo que la rama termina muriendo.

A la derecha, un par de robles, uno de ellos con una rama cubierta totalmente de líquenes.

Hay datados hace un par de años la nidificación de una pareja de cigüeñas negras en la zona, por lo que se llevaron a cabo diversas actuaciones para ayudarlas a establecer un punto fijo de reproducción. Desgraciadamente, tras poner soportes y nidos artificiales en los pocos alcornoques que hay en la finca, en las riberas de los arroyos que la recorren. El 90% de las cigüeñas negras anidan en alcornoques, pero tan sólo el 2-3% prefieren encinas (sobre todo por la altura y el porte) según el guarda, y resultó que al año siguiente, eligieron una encina cerca del lugar donde estaba proyectado un camino y una zona de perturbación humana... Para ella también se adecentaron las charcas, con el fin de que tuviera alimento en la zona (la dieta de las cigüeñas está formada por peces, pequeños anfibios y algunos invertebrados).


Los compañeros del Máster bajo uno de los alcornoques
en los que se había dispuesto una plataforma de anidamiento.

Toda la mañana estuvo cayendo una lluvia fina, fina, que nos dejó pocas oportunidades de sacar la cámara para hacer fotos, pero fue un día interesante y campestre donde disfrutamos de la dehesa salmantina.

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